Al despertar me sentí extraña, no tenia ganas de comer, me force a comer una manzana pero mi cuerpo no me dejaba... Involuntariamente vomite. Por suerte llegue a tiempo al aseo. Cuando volví a sentirme "mejor" fui a limpiarme la cara. Mientras me secaba la cara mis ojos se reflejaron en el espejo... La toalla callo al suelo.
¡Esa no soy yo! Grite al ver mi supuesto reflejo. Mire detrás mía... Nadie.. Esa era yo.. Sin duda alguna.
Mis ojos eran lilas... Mi pelo, ahora más largo, se volvió rojo sangre. Mi cuerpo parecía de revista. Sin duda estaba más linda.. Me vestí rápido y corrí a mi "cita" con Ezy. Por la calle todos miraban, parecían ignotizados. Cuando vi a Ezequiel, me sentí feliz..
- ¡Hola! - Salude sonriendo desde lejos. Él también parecía asombrado al verme.
- Hola... - Su voz sonaba sorda.. Estaba fuera de sí. - Estas.... preciosa..
- Oh... Gracias... - Me sonroje. - ¿Vamos a pasear..?
- Me contaste que tu madre te dijo que llegarías a ser perfecta... acertó... lo eres.. mi amor.. - Bajo la mirada por miedo a mi reacción, quizás antes me abría enfadado, pero no ahora... Ahora hice algo impropio..
- Te Quiero... - Me acerque a su lado y cogí su mano sonriendole.
- Y yo.. - Su rostro iluminado. Me guió hasta sus brazos, me abrazo fuerte, me susurro..- No quiero perderte.. Nunca...
En aquel parque, toda la noche rozando nuestros labios.. Unidos, felices.. Todo era perfecto en aquella noche de Martes...
Después me acompaño a mi casa. Oficialmente... Ezequiel... es.... mi... novio... Fui a mi cuarto eufórica, olvide todo lo sucedido antes, me acosté sin más y me dormí antes de caer en la cama... , puede que haya exagerado un poco...
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